Uno de los dulces típicos en esta semana es sin duda alguna, las torrijas. Es un dulce sencillo, fácil y rico, que podemos hacerlo en un momento sin necesidad de estar mucho tiempo en la cocina. Ya nuestras abuelas lo preparaban en antaño, junto con el arroz con leche son postres que se hacen en estas fechas en concreto, ellas si sabían aprovechar lo que tenían para agasajar a la familia con platos y dulces únicos.
Aún hoy día se sigue preparando en nuestros hogares, si bien es cierto que ahora existen muchísimas variaciones de la receta original. Por nombrar, las que están rellenas de crema pastelera, nutella, natillas, etc son variaciones innovadoras pero también muy ricas.
Mis preferidas son estas que os presento, rebozadas en azúcar y canela; y las de vino que están bañadas en un almíbar de miel, pero estas últimas os la mostraremos en otra ocasión. Estas, están hechas con un pan que aquí conocemos como pan de piña, es como una hogaza alargada y que en su superficie tiene unos cuadraditos cortados a modo de cáscara de piña, se puede hacer con cualquier pan con miga consistente, a mi particularmente no me gusta hacerlas con pan de molde, pero ya sabemos que en esto va a gustos.
Ingredientes:
- 1 pan de piña (o cualquier otro pan) del día anterior.
- 1 litro de leche entera o semidesnatada.
- 150 grs de azúcar.
- 1 palo de canela partido.
- 1 cáscara de limón sin nada de parte blanca.
- 3 ó 4 huevos.
- Azúcar y canela en polvo para rebozar, en una proporción 3 cucharadas de azúcar por 1 de canela.
- Aceite para freír.
Preparación:
Cortamos el pan en rodajas de 1 cm aproximadamente y las colocamos en una fuente honda. Mientras tanto calentamos la leche con el azúcar, la piel de limón y la canela, vamos moviendo para que se disuelva el azúcar y no se pegue en el fondo, una vez que empiece a hervir retiramos del fuego y dejamos templar.
En un plato batiremos los huevos, y en otro ponemos la mezcla de azúcar y canela para rebozar. Una vez que la leche haya templado retiramos la canela y la piel del limón. Con la ayuda de una cuchara iremos mojando las rodajas de pan con la leche, me gusta hacerlo así porque nos aseguramos que todas estén bañadas por igual. No nos importe que en la fuente haya leche el pan se encargará de absorver la que necesite.
Calentamos una sartén honda con aceite; debe estar caliente pero sin que humee demasiado, porque el aceite se pasaría. Si fuera necesario entre tanda y tanda de fritura podemos apartar el aceite del fuego para que no se sobrecaliente.
Cogemos las torrijas ya bañadas en leche, las pasamos por huevo batido, freímos hasta que estén doradas, y escurrimos sobre papel absorbente Una vez que están templadas las pasamos por el azúcar y canela que tenemos preparado. Con el calor que aún tengan las torrijas estas harán que el azúcar se disuelva y le dé un toque acaramelado.
Receta elaborada por: Nina.