Tarta de queso en el horno.

  Una de las tartas de queso que me pierden, siempre hago la misma desde que mi amiga Gema me la dio a probar hace años. Aunque su receta es todo con queso crema, la cambié por la tercera parte de queso mascarpone, que le da un toque especial. Pensaba que la tenía publicada, y como la semana pasada la volví hacer de nuevo, le hice las fotos para compartirla con vosotros. 

  Esta tarta se la quiero dedicar a mi amiga cordobesa: Maribel, que ayer fue su cumpleaños, bonita edad por cierto. Una morenaza guapísima por fuera y preciosa por dentro. Amiga de sus amigos, servicial al cien por cien..... sin recibir nada a cambio. Con un corazón tan bondadoso que no le cabe entre pecho y espalda. Una amiga que siempre estuvo con mi familia cuando estuvimos viviendo en Córdoba, pendientes de nosotros en todo momento, que estuvo presente en el nacimiento de mi hija, y que cuando nació mi hijo aquí en Cádiz, viajó para conocerlo. Se que lo pasó mal cuando nos venimos a vivir aquí, pero las circunstancias de la vida son así. Aunque nos veamos poco, o casi nada, las dos sabemos que podemos contar con la otra para las penas y las alegrías. Es una amistad única que sólo Dios sabe cómo es. Desde aquí Maribel gracias por todo, te queremos mucho...mucho.

INGREDIENTES:

Para un molde desmontable de 21 cm.

-Un rulo de galletas.

-80 grs. mantequilla.

-250 grs. de azúcar

-250 grs. de queso mascarpone.

-450 grs. de queso cremoso sin sabor (tipo philadelphia).

-4 huevos XL.

-1 cucharadita de vainilla líquida.

-Chocolate negro y chocolate blanco.

-2 cucharadas de nata.

-Fresas.

PREPARACIÓN:

  Trituramos las galletas en la picadora hasta que se haga polvo. Derretir la mantequilla y mezclamos muy bien, hasta que toda la galleta quede impregnada. 

  En el molde desmontable ponemos papel de horno que sobresalga por fuera; de esta forma será más fácil luego desmoldarla para emplatarla. Encima del papel ponemos la mezcla anterior, aplastamos bien con la ayuda de una cuchara, hasta que quede todo uniforme. Introducimos en el horno precalentado 8 minutos a 160º, dejamos enfriar.

  Por otro lado batimos el azúcar con los quesos, ligamos muy, muy bien. Añadimos la vainilla, y vamos añadiendo los huevos uno a uno. Hasta que no quede bien ligado no echaremos el otro. Volcamos en nuestro molde con la base de galletas.

  Introducimos en el horno precalentado a 180º, durante 40 o 45 minutos, o hasta que el palillo salga limpio (en cuestión de hornos, cada uno es un mundo). No preocuparse cuando saquéis la tarta si el centro tiembla un poco (sólo un poco ¿eh?). También que en el momento del horneado la tarta sube, luego cuando esté hecha el centro baja, quedado lo de alrededor más alto como veis en la foto.

  Una vez fría y desmoldada decoramos con chocolate negro, a media tableta de chocolate la derrito con 2 cucharadas de nata, para que no quede tan dura la cobertura. Con el chocolate blanco derretido (sin nata), bañamos las fresas y con la ayuda de una jeringa hacemos dibujitos en la tarta.

Nota: Mejor comerla de un día para otro, y bien fresquita. La suelo acompañar con más fresas en un cuenco, para que los comensales se añadan las que quieran.

Receta elaborada por: Mila.